viernes, 25 de noviembre de 2011

El efecto del CO2 en el calentamiento global podría ser menor de lo previsto por los expertos

Según las predicciones más precisas sobre el efecto del incremento de CO2 en el clima, que se publican esta semana en Science, la temperatura de la Tierra se incrementará menos de lo esperado si se continúa con el ritmo actual de emisiones de CO2. La predicción, con una precisión sin precedentes, rebaja de 4,5ºC a 2,6ºC el incremento máximo esperado, por debajo de las predicciones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), y descarta calentamientos por encima de los 6ºC, si se duplica el CO2 atmosférico respecto a niveles preindustriales. En el estudio ha participado el investigador de la UAB Antoni Rosell.






La sensibilidad climática refleja en qué medida se ve afectada la temperatura de la superficie de la Tierra por cambios en las propiedades de la atmósfera. Los científicos han desarrollado modelos para calcular cuál es la sensibilidad climática ante el incremento de CO2, es decir, para calcular como se incrementaría esta temperatura al aumentar la concentración de CO2 en la atmósfera.

Según el último informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), si se duplica la concentración de CO2 de la atmósfera respecto a los niveles de la época preindustrial, la temperatura de la superficie de la Tierra se estima que se incrementará en promedio unos 3ºC. Se trata de una estimación probabilística, los científicos pueden concretar que hay un 66% de probabilidades de que este incremento esté entre los 2 y los 4,5ºC, y la incertidumbre de este tipo de predicción no se ha podido reducir en los últimos 32 años.
Un estudio publicado esta semana en Science, en el que ha participado el investigador de la UAB Antoni Rosell, rebaja de manera significativa las predicciones del IPCC. Según la investigación, la estimación del incremento de la temperatura se reduce a unos 2,3ºC en promedio. El estudio también reduce la incertidumbre de la predicción, es decir, el rango de temperaturas entre el mínimo y el máximo predicho: hay un 66% de probabilidades de que el incremento esté entre los 1,7ºC y los 2,6ºC como máximo, y descarta calentamientos por encima de 6ºC. El dato está por debajo de las predicciones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en el último informe de 2007.

Los investigadores han llegado a las conclusiones del estudio a partir de la reconstrucción de las temperaturas de la Edad de Hielo (hace unos 21 mil años) mediante modelos de simulación climática. Se trata de un período climático muy adecuado para hacer predicciones sobre el efecto del incremento del CO2 atmosférico en la temperatura del planeta, dado que las concentraciones del gas de efecto invernadero eran muy inferiores a las concentraciones a los de la época inmediatamente preindustrial (hace poco más de un siglo), y debido también a que las temperaturas de la superficie del planeta y las características de la atmósfera de aquel período se conocen bien a partir de la reconstrucción paleoclimática.

Según los autores de la investigación "si las restricciones del clima de hace 20 mil años se pueden aplicar al futuro, tal y como predice nuestro modelo, las probabilidades de un cambio climático extremo a corto plazo son más bajas de lo que se pensaba hasta ahora". Sin embargo, los científicos recuerdan que el calentamiento global es un hecho real y que el incremento en el CO2 atmosférico tendrá efectos importantes.

La investigación, con la participación del investigador ICREA del Instituto de Ciencia y tecnología Ambientales de la UAB, Antoni Rosell, ha sido dirigida por investigadores de la Oregon State University, con la participación de científicos de las universidades norteamericanas Princeton University, Harvard University, Cornell University, y University of Oregon; y ha sido financiada por la National Science Foundation de EEUU.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ESTADO CRITICO


“Animales en extinción”
Por: FM

A través de los años se ha tenido un mal uso de los recursos naturales que ha provocando una serie de comportamientos en el planeta tierra.
Los cambios bruscos de climas, la tala excesiva de arboles, la caza de animales, la contaminación del aire, agua y tierra, son alteraciones que provoca un desequilibrio he incide directamente a los factores para su pròxima desapariciòn, como consecuencia de las actividades humanas.

Especies en peligro de extinción son aquellas cuya área de distribución o tamaño poblacional ha disminuido drásticamente poniendo en riesgo su vida. Se consideran dentro de esta categoría aquellas especies con menos de mil ejemplares existentes,  generando una reacción en cadena, lo cual altera algunos procesos vitales, como la estabilidad climática de bosques y selvas para mantener los patrones de lluvia, regulación de temperaturas, absorber el exceso de carbono de la atmósfera para ayudar a la producción de oxígeno.



Toda causa trae consigo uno o varios efectos, en este caso el desequilibrio generado “La extinción de la fauna silvestre en México”.

“Actualmente  existen 2,600 especies en peligro
de extinción, según autoridades de sector ambiental.”




Entre los animales en riesgo de extinción encontramos al lobo mexicano,  jaguar, perro llanero, bisonte,  berrendo, manatí, ocelote, teporingo, mono aullador y  mono araña. Entre las aves más comunes están:  águila arpía,  halcón peregrino, águila cabeza blanca, cotorra serrana, guacamaya roja, condor de california, pato real, pavón y el quetzal, entre otros.

Dentro de los animales acuáticos podemos mencionar al ajolote, el cual se encuentra en los canales de  Xochimilco y está siendo estudiado bajo el proyecto “Aztecas y Ajolotes”  participando investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Xochimilco), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigación Biológica y Acuícola de Cuemanco, con el fin de conservar esta especie en peligro de extinción en su propio ambiente. Las tortugas mexicanas enfrentan todo tipo de riesgos que las llevan a la orilla de la extinción entre ellas se encuentran: la tortuga prieta, la tortuga marina verde del Atlántico, la tortuga marina laúd. 
También dentro de esta sección se encuentra la vaquita marina, especie endémica de México y de la que se calcula quedan sólo 150 ejemplares. Vive en la zona norte del Golfo de Cortez. Es el cetáceo más pequeño y amenazado del mundo, incluso podría ser el primero en desaparecer por causas humanas debido a la captura incidental  por parte de pescadores. 

El ser humano se ha dedicado a extinguir la fauna silvestre, sin piedad desmedida, para hacer uso de su carne, sus pieles para vestido o tan solo el gusto de cazar y capturar. Nos hemos convertido en la principal amenaza que ha destruido su hábitat y vida. Por ello organizaciones no gubernamentales, han logrado crear conciencia de varias personas para hacer frente a estas situaciones que aqueja al planeta.  Se ha levantado la voz para que el gobierno haga frente a la creación de leyes,  se  desarrollan  programas y estrategias de ecosistemas y protección para la conservación de especies, todo esto con un solo objetivo “Preservar la especie”.

Por su parte las autoridades han procedido a proteger a todos los  “animales mexicanos amenazados” La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Ley General de la Vida Silvestre sirven para este propósito. 




“Según datos del INEGI , respecto a la fauna que habita en el país, México ocupa importantes lugares en el mundo, tiene el primer lugar en reptiles, con 717 especies de las 6 300 clasificadas, de las cuales 574 son propias del país; se ubica en el segundo lugar en diversidad de mamíferos, al contar con 449 de las 4 170 especies existentes; en anfibios ocupa el cuarto lugar, con 282 de las 4 184 especies que se han detectado, y en aves ocupa el decimosegundo lugar con 1 150 de las 9 198 clases.”




La flora y fauna constituye un factor importante del crecimiento y vida de la tierra, mantiene un equilibrio debido a los diferentes mecanismos que apoyan y mantienen la estabilidad necesaria para sobrevivir.
Actualmente se conocen aproximadamente 11,167 especies en peligro de extinción, de las cuales 124 están englobadas en las categorías de “estado crítico”.
Las especies desarrollaron como estrategia mantener la biodiversidad; no obstante, hoy en día, esta estrategia no es lo suficientemente  buena como para contrarrestar los efectos de la obra humana, lo que nos lleva a una serie de consecuencias terriblemente nocivas para el equilibro de los ecosistemas y la vida en el planeta Tierra.